Xenopat, la ‘spin-off’ que trasplanta tumores para vencer el cáncer

Lorena Farràs, Barcelona. 17.07.2019 (La Vanguardia)

Rosa Bosch, Alberto Villanueva, August Vidal y Anna Portela, el equipo de Xenopat

Rosa Bosch, Alberto Villanueva, August Vidal y Anna Portela, el equipo de Xenopat (Archivo)

La empresa implanta un fragmento de un tumor en el órgano correspondiente de un ratón para hallar el mejor tratamiento.

Con el objetivo de facilitar la búsqueda del mejor tratamiento disponible, y siempre de la mano de un oncólogo, Xenopat implanta pequeños fragmentos de un tumor humano en el órgano correspondiente de un ratón. Se utilizan varios ratones y en cada uno de ellos se prueba un fármaco distinto para ver cómo responde al tratamiento.

“Es un proceso largo y no siempre llegamos a tiempo, pero le damos al oncólogo un elemento más a la hora de tomar la decisión sobre qué tratamiento escoger en un paciente en concreto”, explica Anna Portela, cofundadora y directora de Xenopat, quien recalca: “Lamentablemente, la curación no siempre es posible”.

 

Cifras

La empresa cerrará el ejercicio con 300.000 euros en ingresos

Xenopat es una spin-off del Institut de Recerca Biomèdica de Bellvitge (Idibell), el Insitut Català d’Oncologia (ICO) y el Hospital Universitari de Bellvitge (HUB) nacida en septiembre del 2014 e impulsada por el Centre per a la Integració de la Medicina i les Tecnologies Innovadores (Cimti). La otra pata de negocio de la empresa, y la más importante en facturación, es el desarrollo de nuevos fármacos. “Ayudamos a las compañías farmacéuticas a testear sus fármacos nuevos”, afirma Portela. Para ello, la empresa cuenta con un banco con decenas de ratones con distintos tipos de cánceres.

Los otros fundadores de la spin-off son Alberto Villanueva y August Vidal. “Empezamos con 3.000 euros para la constitución de la empresa y hemos ido creciendo a base de facturación y facturación, sin inversores, por eso nuestro crecimiento es lento”, explica Portela. Xenopat acabó el 2018 con una cifra de negocio de 280.000 euros y los fundadores prevén finalizar el presente ejercicio superando los 300.000 euros.

La spin-off opera desde el Parc Científic de Barcelona, donde tiene los laboratorios. Acuden a ella clientes de toda Europa e incluso llevan algún proyecto europeo. La empresa ocupa a cuatro personas.